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Testimonios de unas jornadas históricas




Eduardo Díaz de Guijarro: “Toda lucha educativa es también una lucha social”


El director del Programa de Memoria de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA (Universidad de Buenos Aires), aseguró que es necesario estudiar la historia para comprender el presente y generar políticas a largo plazo.


-¿De qué tratan sus investigaciones?


-Soy un firme convencido de la importancia y la necesidad de estudiar la historia para comprender mejor el presente y generar políticas para el futuro, un espíritu del que están imbuidos los dos trabajos que presenté en las jornadas. El primero es la Universidad de Buenos Aires entre 1955 y 1966, una época en la que hubo grandes trabajos e innovaciones que llevó a que en el ambiente académico exista una tendencia a idealizar esa época, la que llaman la “época de oro”.


-¿Por qué afirma que hay una idealización de la llamada “época de oro” de la UBA?


- Mi posición es que es un error porque fue una época de grandes conflictos y en realidad lo que existió en la UBA fue el enfrentamiento de dos concepciones diferentes de la enseñanza y la ciencia con perspectivas sociales opuestas. Toda innovación educativa tiene que ver con las innovaciones sociales, con una concepción general de la sociedad sobre el rol de la educación.


-¿Qué aborda en su segundo trabajo que expuso en las jornadas?


-La relación de la Reforma Universitaria de 1918 y el conflicto social en el cual estuvo inmerso, y su vinculación con el presente. La historia oficial ignora que el movimiento reformista se trató no solo de una movilización estudiantil, sino también de un proceso de luchas obreras como pocas veces hubo en Córdoba y en el resto del país, compartidas contras los mismos enemigos por lo que no fue solo un movimiento universitario sino el reflejo de un conflicto social más amplio.


-¿Qué falta para que esa reforma tenga plena vigencia en la actualidad?


-Faltan muchas cosas. A los dos momentos históricos a los que me refiero pero que hay muchos más que podrían analizarse con la misma metodología, se enfrentaban dos concepciones de sociedad y de intereses económicos, que abarcaban a la educación. Eso trasladado al presente debe leerse con la misma óptica y el traspaso a esta época no alcanza a cumplir un papel social porque el conjunto de la sociedad está plagada de desigualdades económicas, intelectuales, culturales, de una ideología falsa y totalmente tergiversada por el capitalismo y el neoliberalismo de manera que una educación de excelencia tiene que ir forzosamente acompañada de un cambio social que altere esas relaciones sociales que en este momento son de explotación, sufrimiento y miseria.


Samanta Casareto: “Los archivos también son fuentes de historias de vida y procesos históricos”


La docente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, también colabora con el Museo del Holocausto de Estados Unidos.


-¿Qué presentará durante las jornadas?


- Fui invitada a una conferencia donde contamos lo que trabajamos en el Programa Universidad y Dictadura que fue recuperado en 2006 en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, donde trabajamos la historia y memoria de la facultad de Filosofía y Letras entre 1976 y 1983. Queremos contar nuestra experiencia de trabajo con los archivos, partiendo de la premisa de que “sin archivos no hay memoria”, porque si bien de los archivos podemos sacar memoria institucional, también son fuentes de historias de vida y procesos históricos muy interesantes.


-¿Dónde se desempeña en la actualidad?


- En la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA en la Cátedra de Derechos Humanos en la Ciudad de Buenos Aires. También trabajo para el Museo del Holocausto de Estados Unidos en un Programa de Archivos donde también se busca toda la información que hay en Argentina como consecuencia del genocidio nazi.


-¿Qué proyectos hay a futuro vinculados a los archivos y la memoria?


- Siempre nuestra idea fue pensarlo de manera federal, de hecho tenemos vínculos con el Archivo Histórico de la UNSL. Tenemos pensada una reunión en octubre en San Luis, donde será la sede de un encuentro de la Red de Archivos Universitarios y la idea es tener políticas en común con el resto de los archivos de las universidades nacionales, que no solamente que tengan que ver con el terrorismo de Estado, con la búsqueda de la verdad y la memoria, sino también que tengamos parámetros metodológicos en común.


Federico Lorenz: “La historia reciente desnaturaliza cosas que están en el sentido común”


El historiador e investigador del Conicet expuso sobre Malvinas en las escuelas y sobre el rol de la docencia en un contexto de posverdad y “fake news”.


-¿Qué aspectos le resultan más interesantes de historia reciente?


-Creo que desnaturaliza algunas cosas que están en el sentido común. Cuando uno trabajo con temas “más antiguos” como, por ejemplo, perder de vista que cualquier discusión sobre el pasado, es política e incluso más prospectiva. Es muy auspicioso que haya este tipo de encuentros porque no solo sirven para reflexionar sobre el pasado, sino también sobre la propia práctica docente.


-¿Qué temas expondrá durante estas jornadas?


-Son dos ponencias, una sobre los problemas que plantea trabajar el tema de Malvinas en las escuelas y como se da la cuestión de la superposición de la guerra con un reclamo diplomático, haciendo difícil traer a colación ambas cuestiones. La idea sería empezar a separarlos. La otra ponencia tiene que ver con la reflexión del rol de los profesores y las profesoras en la actualidad, marcada por un contexto de posverdad y de “fake news”, y por dónde puede ir el principal aporte que un docente hace cuando está en aula con sus estudiantes.


Gonzalo De Amézola: “Los estudiantes secundarios tienen una visión estereotipada y acrítica de la dictadura”


El docente de la Universidad de La Plata (UNLP), considera que es necesario reforzar la enseñanza sobre las causas y consecuencias del último golpe de Estado.


-¿En qué consiste la investigación que presentó durante las jornadas?


-Está dedicado a la enseñanza de la historia en el secundario, que es un tema estratégico en los diseños curriculares de los últimos veinticinco años como una manera de formar ciudadanos democráticos y respetuosos de los derechos humanos.


-¿Qué resultados arrojó ese trabajo?


- Muestra los resultados de una investigación cuantitativa multicultural sobre Argentina, Paraguay, Brasil, Chile y Uruguay, con conclusiones bastante en relación a otra investigación cualitativa que realizamos en cuatro escuelas de La Plata. Vemos algunos elementos que contradicen el optimismo que hay sobre la enseñanza de este tema, sobre lo que los estudiantes saben sobre la dictadura y cómo la entienden, que es con una visión bastante estereotipada y acrítica, es decir, que consideran que es mala pero no saben por qué y qué produjo, algo que es bastante preocupante si pensamos que este tema se enseña para formar una mentalidad democrática, no solo para el pasado, sino también para el presente.

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